martes, 14 de agosto de 2007

El PISO X


La ciudad, erizada de inmensos rasca cielos se agitaba, no solamente por el murmullo habitual de su cotidianidad, sino, particularmente, por la fuerza subterránea de su historia, por los ruidos permanentes y familiares producidos por el rugir de los motores, el chirriar de los frenos, el desenfreno de cláxones multitónos, gritos, voces, cantos, susurros y el monótono rodar y crujir de los piñones en las fábricas, conforman, todo ello, el fuelle cansado , rítmico y sofocado del inmenso pulmón de la ciudad, cósmico éxtasis del hombre en sociedad: Se había adherido a él un desconcierto general, un presentimiento de zozobra , un extraño ruido metálico que arañaba las conciencias, lastimaba los sentimientos y quebraba los criterios de valor mantenidos por ciertos e inmutables por las almas buenas.

Arriba, en los rasca cielos, con unas vistas panorámicas que hablan de la grandeza del hombre y del gélido frío de sus mentes, se extendía basto el horizonte, mas allá de los limites de la ciudad, de las chimeneas de las fabricas , de las colmenas, ciudades dormitorio donde malviven sin cadenas ni cepos visibles hombres, mujeres y niños que mantienen vivos los motores de la producción en cadena , y, más allá, más tierras y más hombres y más fabricas y más necesidades y más hambre y más miseria y minas de ricos minerales y petróleo y más ambiciones y codicias y los cientos de millones de esclavos del siglo XXI disfrutando de la libertad garantizada por organismos internacionales, constituciones, y cientos de miles de normas que dictan sus derechos, deberes y obligaciones, sin contar para nada que la única, la de riguroso cumplimiento, no esta escrita, como si fuese una norma de derecho consuetudinario,
el hambre, que se arrastra por las calles con facciones desencajadas, ojos extraviados y una palidez próxima al sepulcro en tanto, en el Piso X , en mullidos sillones en salones donde las maderas nobles expelen suaves aromas y sedas pinturas y tapicerías ennoblecen el ambiente y la luz del sol es atenuada por finos velos y cortinas, alrededor de una larga y amplia mesa de cedro negro, se reúne un grupo variopinto de ciudadanos rozagantes , llenos de vida, pletóricos de autoridad, vestidos por los más importantes modistos y muchos de ellos luciendo brillantes condecoraciones y, otros, capelos y birretes , venidos de todos los confines del globo, con la importante misión de salvaguardar las tradiciones de pangea.

Abajo, afuera de las impresionantes torres de cristal y acero, calculadas por el cuerpo de ingenieros y arquitectos, contra terremotos y posibles atentados, orgullosas de su verticalidad y ostentación ornamental además de la magnificencia añadida por contener en su seno el nuevo diseño económico mundial representado en las compañías multipangeales con sede en las grandes ciudades del mundo y sus filiales, sus fabricas, distribuidas por los sitios mas necesitados de pangea, no con el animo de solucionar el hambre y la miseria sino para llevar la codicia y el expolio al máximo refinamiento y perversión; en la calle, el pulmón de la ciudad resopla: los vendedores de ilusiones pregonan por todas las esquinas la buena nueva: paraísos y nirvanas; los vendedores de prensa vocean vanas esperanzas, conocedores los editores de que la esperanza es el sustento de los débiles, dóciles y sumisos; la ciudad se altera no al ritmo de sus gentes, fabricas, vehículos que ruedan por sus calles sino al ritmo trepidante de la bolsa de valores, movimientos de capitales y los resultados al alza y a la baja de los títulos valor. En las calles el rio humano se desplaza a sus que haceres comentando las ultimas noticias de las paginas amarillas o el partido de fútbol de su equipo favorito ajenos al destino que les trazan los hombres del piso X; algunas veces el pulso del hormiguero se altera por una palabra imprudente, por una fotografía demasiado explicita o por una medida demasiado restrictiva de la libertad fundamental, la única: la miseria.

En extramuros, donde se apiñan las necesidades, el analfabetismo, las enfermedades, la delincuencia, las bandas juveniles, los vendedores de estupefacientes, los estafadores de poca monta, los reducidores de objetos robados, los sindicatos de las grandes empresas, los subversivos, los terroristas, las sucursales de los sindicatos del crimen, los creyentes, los orates y, en fin, los desposeídos de la resurrección y la vida; todo es convulso fuera de las puertas del templo, dentro, recogimiento, obediencia y esperanza. El hombre del montón acostumbrado a que piensen por él, a que decidan por él pone todo su ser en manos de Dios y de los prohombres de la nueva ideología. El ejercicio de los deberes ciudadanos esta supeditado a elegir a quien señalen los jefes y los grandes rotativos, a obedecer la consigna, a ser parte activa de un ejercito, a tener por estandarte una bandera de un color determinado o de otro pero del mismo jaez; de una ideología o de otra bajo consignas similares. Para ellos el hombre solo es una cifra grabada en un chip bajo la piel de un brazo que debe producir el máximo de rendimientos y el mínimo de problemas para que justifique su subsistencia y la estabilidad del sistema.

Jorge es uno de ellos, uno mas de entre el montón, con su juventud a cuestas y un nada que hacer permanente, no porque no lo desee sino porque no encuentra que hacer, ha de atenerse a las leyes del mercado donde siempre hay mas demanda de trabajo que ofertas,y, por lo mismo los salarios son cada vez mas raquíticos, tanto o mas que sus usufructuarios; su pobreza la compartía con su compañera, su hijo, y Florian, su amigo, con quien ademas simpatizaba con su afición al balón pie, a los puros y a la cerveza los fines de semana. Ninguno de los dos tenia nada salvo su pobreza y buena voluntad de animo para disfrutar los buenos momentos que pudiera depararles la vida. Vivían en el mismo barrio y en la misma calle de tierra pisada que se empinaba hacia el cerro y que en periodos de invierno se convertía en un lodazal intransitable; al final de la calle, en el valle, cerca del río se levantaban las fabricas, en la zona grande, en una sucesión de barracones mal terminados, de techos bajos, poca o ninguna ventilación, apiñados en calles estrechas y cercados, por seguridad, según decían, con alambre de espino, atalayas cada cien metros, cerrojos y candados en las puertas y guardias que controlaban la entrada y salida de trabajadores y mercancías al exterior.

La arquitectura, si así puede llamarse, de la "zona industrial", la conforman barracones inmensos de planta cuadrada donde, sobre lozas de hormigón para protegerlas de la corrosión se ancla la maquinaria industrial; los corredores formados por las diversas piezas industriales son de tierra pisada y húmeda o en el mejor de los casos de adoquinado cocido por donde transitan diariamente los cientos de trabajadores del barracon dentro de un ambiente insalubre y falto de las mínimas normas de higiene para su funcionamiento. Todo en ellos esta organizado de forma tal que, la reconverción de las fabricas, si fuera necesaria, se haría de forma rápida y eficiente. Nada se ha dejado al azar. Todo esta preparado tanto para los fugaces tiempos de paz como para la guerra. Lo único que no esta preparado es el hombre. A él se le obliga, no con un fusil a su espalda, sino con el acicate de sus necesidades, de su pobreza e inanición permanente muy a pesar de sus denodados esfuerzos. El hombre intenta esquivar la pobreza, alejarse de ella como se aleja de una enfermedad contagiosa ,porque ademas de ser contagiosa es una enfermedad incurable en la mayoría de los casos. Observese que cuando se esta dentro de una comunidad con esta patología lo mas relevante es el estado general de sus gentes, su abatimiento, su incertidumbre, su incapacidad física , mental y anímica para encontrar una salida que por lo demás no existe... La trampa esta permanentemente cerrada no hay salvación ni escapatoria. La tenaza se cierra sin dejar salir a nadie: Es una tela de araña donde las redes de dependencia lo sofocan todo hasta conseguir la sumisión y, al final del proceso, la esclavitud silenciosa: El sagrado derecho de morir de inanición sin poder protestar. El hambre se ha convertido en un instrumento de sometimiento, represión y tortura. Quienes dirigen las organizaciones saben que el hambre somete y mata especialmente a los niños... Y que la violencia y la criminalidad crecen en su entorno convirtiendo la convivencia en un infierno desviando el interés de las gentes hacia su propia supervivencia.

La guerra despues de los dos ultimos conflictos parece exorsizada. Los organimos internacionales han sido creados para garantizarlo y los prohombres del piso X sirven de avalistas del proceso. Sus frecuentes reuniones de alto nivel para confirmar la buena voluntad de la causa así lo confirma. La guerra, desde esta perspectiva, se sucede entre dos fuerzas irreconciliables, entre dos enemigos con la misma ambicioin y con pocos principios. Éste no es el caso. El espejo no refleja toda la realidad, atras, mas allá de azogue, se esconde la esencia, elñ estado mental y emocional que la hace posible: La codicia de unos pocos solamente retenida a intervalos cortos de tiempo mientras se prepara el proxomo zarpaso sobre una victima inerme, sobre la que se descargan a discreción bombas, disparos, muerte, destrucción, ruinas, heridos, refugiados y y el parte de victoria para encubrir el saqueo monumental de sus riquezas. La miseria adquiere con estos métodos carta permanente de naturaleza que tratan de esconder con nuevos y denodados esfuerzos llamando a la solidaridad mundial en defensa de las victimas. Los organismos internacionales se aplican con el mayor interés en la reconstrucción del pais destruido y los agresores son los primeros en ofrecer soluciones, créditos y ejércitos para garantizar las instituciones perdidas con el consiguiente hundimiento final de la economía fagocitada por la guerra. Se persigue y se humilla en nombre de la nueva ley a los supervivientes, se fusila a los infractores, se nombran gobernantes adictos a los invasores, se envilece o se sobornan a los medios de comunicación independientes para que propaguen las nuevas doctrinas y se somete a la población restante para que cumpla con los nuevos designios que le sean trazados. Los supervivientes viven aterrorizados por amenazas dispersas, solo presentidas, pero reales. Ya no se le tiene miedo a las bombas o a las balas perdidas, que también ocurre, sino al vecino, al que viene de frente por la misma calle a plena luz del dia, al mercenario, a los grupos paramilitares que deben mantener la zozobra. La rebelión, la exigencia legal de ser persona, es violentada con las armas. En este entorno, el hombre se resigna, pierde el deseo de lucha, acalla la protesta, reprime su desesperación y se limita a intentar sobrevivir con su familia rompiendo los lazos con el resto de la sociedad que padece como él los mismos síntomas. El progreso anhelado se convierte en un bien imposible porque amenaza no se sabe que intereses del piso X: La lucha inmoderada por el control de las reservas naturales no renovables es el eje sobre el que giran todas las estrategias del piso X aun a costa de la vida humana.

Florian,Jorge y familia viven dentro de esta realidad pero no lo saben: Su inocencia, su ingenuidad, su falta de conocimientos, su analfabetismo funcional, las campañas de los medios de comunicación para manipular la realidad los mantienen en la perfecta ignorancia de conformidad con las directrices del poder. Sus necesidades las cubren con trabajos a tiempo parcial, saltando de una empresa a otra, trabajando por odias o por semanas pero nunca a termino fijo, sin derechos sociales reconocidos, con una seguridad social deficiente, evitando caer, con esos escasos medios en brazos de la miseria, del dolor y la angustia: Cuando el trabajo en las fabricas escasea recurren al trabajo negro: venta de DVD, casetes, cigarrillos de contrabando y cuanto cachivache pueda exponerse en el rastro para regocijo de los necesitados y nuevas fuentes de ingresos para los ricos quienes se deshacen de sus prendas y objetos obsoletos vendiéndolos a los reducidores y estos a los vendedores del rastro. El circulo siempre esta cerrado y a buen recaudo de la autoridad competente. Si no bastan estas argucias recurren a los prestamistas, a los usureros: Bancos o montes píos donde por intereses leoninos, autorizados por la ley, es decir, por ellos mismos, los necesitados terminan dejando su existencia. ¿Amoral el procedimiento? ¿Falto de ética?. No. Para eso esta la ley. Es un acto limpio, puro en el mejor sentido de la palabra. sabían lo que se hacían. Son responsables de sus actos. Después de firmados los contratos la ruina es segura. Es el mismo destino de los pequeños comerciantes, corredores de bolsa y parvos inversores quienes han de sacrificarse, perderlo todo, para salvaguardar la solvencia del entramado financiero. En este ir y venir permanente recorriendo calles y caminos, dejándose la vida a jirones en un perenne estado de inseguridad y de violencia ejercida desde todos los puntos cardinales, no se ve la luz al final del túnel: El futuro, del que tanto esperan, tanto mas si hay niños que cuidar, se presenta como una vana esperanza. El hambre y las enfermedades dan rápida cuenta de los infantes y sus progenitores cegados por la sin razón de sus vidas, comienzan a albergar rencores allí donde antes descansaban las ilusiones...

Jorge y Florian trabajan, saben de tantos oficios como fabricas han visitado y no saben,en realidad, de ninguno ; en uno ponen un botón; en otro una tuerca o un tornillo; en el de mas allá mezclan cemento o ponen un ladrillo; limpian pollos;hacen hamburguesas; sirven copas y un sin fin mas de trabajos igualmente mal remunerados y bien vigilados por capataces sin escrúpulos. Los patronos ciertos del bien que le prestan a la humanidad y a las comunidades donde instalan sus factorías son cada vez mas exigentes, no les preocupan los trabajadores en tanto seres humanos sino como mercancía, compran la fuerza laboral independientemente de quien la vende: es la máxima abstracción, por ello, aquí no cabe la compasión: la maquina debe trabajar no es un objeto susceptible de sentimientos. La vida es un teatro de titiriteros donde la libertad depende de la cuerda que hale el titiritero, el sino es el cordel del cual pendemos y nuestra representación depende no tanto del guión que se nos ha asignado como del estado de animo de quien mueve los hilos, y estos son movidos de conformidad con los intereses de quienes se reunen en el piso X, de la torre de cristal y acero, en alfombrados salones rodeados de mobiliario de finas maderas que expelen suaves aromas:Las autoridades de pangea, reunidas en el piso X , civiles, militares y religiosas, vestidos de acuerdo a sus rangos y rodeados por una pléyade de sirvientes: asesores,técnicos, consejeros, ministros, ideólogos, y lagartos que entre reverencias y salemas van trazando en eruditas cogitaciónes el porvenir de la sociedad de naciones mientras van despachando, en el gran reparto, los despojos de los que serán los futuros despose idos y receptores de la caridad, la benevolencia y mejor buena voluntad de los invasores. En medio de ágape los señores de la paz y de la guerra aprueban juiciosamente las recomendaciones que con tanto esmero han presentado a su consideración el cuerpo de ticónicos, asesores, consejeros y ministros. Ahora el futuro solo depende de una orden. La prensa hablada y escrita y los medios de comunicación audiovisuales se harán eco de las importantes medidas y las magnificaran hasta hacerlas creíbles. Los ciudadanos son asaltados en su buena fe, su ingenuidad y su inocencia y se convertirán en multiplicadores de la buena nueva independiente mente del bien o el mal que pueda causarles: Han hablado los sabios, los que conocen los problemas, los lideres y hay que apoyar sus desiciónes, todo lo demás sera considerado como un atentado contra la patria común y los principios de una sana convivencia: El artificio ha dado el resultado esperado. Contando con la sumisión del pueblo, con su abulia, con su falta de análisis de los fenómenos que lo afectan, con el éxito del eslogan tantas veces repetido:"NO PIENSE NOSOTROS PENSAREMOS POR USTED", el monopolio de las riquezas esta garantizado y el sometimiento de otros pueblos a tiro de cañón, sin preguntas ni respuestas, solo un acto mas de la inteligencia, de la superioridad intelectual, de la obligación de propagar la nueva fe a los pueblos descarriados y alejados de la nueva religión impartida desde el piso X. No comprenden, cegados por la codicia y sus sórdidas decisiones que están larvando el odio y el resentimiento entre los destinatarios de sus desvaríos. El futuro sera diferente y las reacciones diversas. Las actitudes de los disidentes recibirán nuevos nombres y se colgaran en los códigos nuevas leyes y sanciones.

Jorge, su mujer, su hijo y su amigo Florian pasaran de conformidad con la nueva legislación y con las nuevas tendencias ideológicas de ciudadanos a anarquistas, de anarquistas a rebeldes, de rebeldes a subversivos , de subversivos a terroristas y de terroristas a ser la diana de la mira del fusil o del cañón del piso X. Jamas tendrán la razón, no han sabido hacer uso de la libertad ni de las oportunidades que se les han ofrecido. Estas serán las rezones que se esgrimirán, desde los medios de comunicación y el gobierno de turno, para justificar el atentado contra los derechos humanos. Nunca dirán que son los condenados de la tierra por expresa razón del piso X.











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