martes, 14 de agosto de 2007

El PISO X


La ciudad, erizada de inmensos rasca cielos se agitaba, no solamente por el murmullo habitual de su cotidianidad, sino, particularmente, por la fuerza subterránea de su historia, por los ruidos permanentes y familiares producidos por el rugir de los motores, el chirriar de los frenos, el desenfreno de cláxones multitónos, gritos, voces, cantos, susurros y el monótono rodar y crujir de los piñones en las fábricas, conforman, todo ello, el fuelle cansado , rítmico y sofocado del inmenso pulmón de la ciudad, cósmico éxtasis del hombre en sociedad: Se había adherido a él un desconcierto general, un presentimiento de zozobra , un extraño ruido metálico que arañaba las conciencias, lastimaba los sentimientos y quebraba los criterios de valor mantenidos por ciertos e inmutables por las almas buenas.

Arriba, en los rasca cielos, con unas vistas panorámicas que hablan de la grandeza del hombre y del gélido frío de sus mentes, se extendía basto el horizonte, mas allá de los limites de la ciudad, de las chimeneas de las fabricas , de las colmenas, ciudades dormitorio donde malviven sin cadenas ni cepos visibles hombres, mujeres y niños que mantienen vivos los motores de la producción en cadena , y, más allá, más tierras y más hombres y más fabricas y más necesidades y más hambre y más miseria y minas de ricos minerales y petróleo y más ambiciones y codicias y los cientos de millones de esclavos del siglo XXI disfrutando de la libertad garantizada por organismos internacionales, constituciones, y cientos de miles de normas que dictan sus derechos, deberes y obligaciones, sin contar para nada que la única, la de riguroso cumplimiento, no esta escrita, como si fuese una norma de derecho consuetudinario,
el hambre, que se arrastra por las calles con facciones desencajadas, ojos extraviados y una palidez próxima al sepulcro en tanto, en el Piso X , en mullidos sillones en salones donde las maderas nobles expelen suaves aromas y sedas pinturas y tapicerías ennoblecen el ambiente y la luz del sol es atenuada por finos velos y cortinas, alrededor de una larga y amplia mesa de cedro negro, se reúne un grupo variopinto de ciudadanos rozagantes , llenos de vida, pletóricos de autoridad, vestidos por los más importantes modistos y muchos de ellos luciendo brillantes condecoraciones y, otros, capelos y birretes , venidos de todos los confines del globo, con la importante misión de salvaguardar las tradiciones de pangea.

Abajo, afuera de las impresionantes torres de cristal y acero, calculadas por el cuerpo de ingenieros y arquitectos, contra terremotos y posibles atentados, orgullosas de su verticalidad y ostentación ornamental además de la magnificencia añadida por contener en su seno el nuevo diseño económico mundial representado en las compañías multipangeales con sede en las grandes ciudades del mundo y sus filiales, sus fabricas, distribuidas por los sitios mas necesitados de pangea, no con el animo de solucionar el hambre y la miseria sino para llevar la codicia y el expolio al máximo refinamiento y perversión; en la calle, el pulmón de la ciudad resopla: los vendedores de ilusiones pregonan por todas las esquinas la buena nueva: paraísos y nirvanas; los vendedores de prensa vocean vanas esperanzas, conocedores los editores de que la esperanza es el sustento de los débiles, dóciles y sumisos; la ciudad se altera no al ritmo de sus gentes, fabricas, vehículos que ruedan por sus calles sino al ritmo trepidante de la bolsa de valores, movimientos de capitales y los resultados al alza y a la baja de los títulos valor. En las calles el rio humano se desplaza a sus que haceres comentando las ultimas noticias de las paginas amarillas o el partido de fútbol de su equipo favorito ajenos al destino que les trazan los hombres del piso X; algunas veces el pulso del hormiguero se altera por una palabra imprudente, por una fotografía demasiado explicita o por una medida demasiado restrictiva de la libertad fundamental, la única: la miseria.

En extramuros, donde se apiñan las necesidades, el analfabetismo, las enfermedades, la delincuencia, las bandas juveniles, los vendedores de estupefacientes, los estafadores de poca monta, los reducidores de objetos robados, los sindicatos de las grandes empresas, los subversivos, los terroristas, las sucursales de los sindicatos del crimen, los creyentes, los orates y, en fin, los desposeídos de la resurrección y la vida; todo es convulso fuera de las puertas del templo, dentro, recogimiento, obediencia y esperanza. El hombre del montón acostumbrado a que piensen por él, a que decidan por él pone todo su ser en manos de Dios y de los prohombres de la nueva ideología. El ejercicio de los deberes ciudadanos esta supeditado a elegir a quien señalen los jefes y los grandes rotativos, a obedecer la consigna, a ser parte activa de un ejercito, a tener por estandarte una bandera de un color determinado o de otro pero del mismo jaez; de una ideología o de otra bajo consignas similares. Para ellos el hombre solo es una cifra grabada en un chip bajo la piel de un brazo que debe producir el máximo de rendimientos y el mínimo de problemas para que justifique su subsistencia y la estabilidad del sistema.

Jorge es uno de ellos, uno mas de entre el montón, con su juventud a cuestas y un nada que hacer permanente, no porque no lo desee sino porque no encuentra que hacer, ha de atenerse a las leyes del mercado donde siempre hay mas demanda de trabajo que ofertas,y, por lo mismo los salarios son cada vez mas raquíticos, tanto o mas que sus usufructuarios; su pobreza la compartía con su compañera, su hijo, y Florian, su amigo, con quien ademas simpatizaba con su afición al balón pie, a los puros y a la cerveza los fines de semana. Ninguno de los dos tenia nada salvo su pobreza y buena voluntad de animo para disfrutar los buenos momentos que pudiera depararles la vida. Vivían en el mismo barrio y en la misma calle de tierra pisada que se empinaba hacia el cerro y que en periodos de invierno se convertía en un lodazal intransitable; al final de la calle, en el valle, cerca del río se levantaban las fabricas, en la zona grande, en una sucesión de barracones mal terminados, de techos bajos, poca o ninguna ventilación, apiñados en calles estrechas y cercados, por seguridad, según decían, con alambre de espino, atalayas cada cien metros, cerrojos y candados en las puertas y guardias que controlaban la entrada y salida de trabajadores y mercancías al exterior.

La arquitectura, si así puede llamarse, de la "zona industrial", la conforman barracones inmensos de planta cuadrada donde, sobre lozas de hormigón para protegerlas de la corrosión se ancla la maquinaria industrial; los corredores formados por las diversas piezas industriales son de tierra pisada y húmeda o en el mejor de los casos de adoquinado cocido por donde transitan diariamente los cientos de trabajadores del barracon dentro de un ambiente insalubre y falto de las mínimas normas de higiene para su funcionamiento. Todo en ellos esta organizado de forma tal que, la reconverción de las fabricas, si fuera necesaria, se haría de forma rápida y eficiente. Nada se ha dejado al azar. Todo esta preparado tanto para los fugaces tiempos de paz como para la guerra. Lo único que no esta preparado es el hombre. A él se le obliga, no con un fusil a su espalda, sino con el acicate de sus necesidades, de su pobreza e inanición permanente muy a pesar de sus denodados esfuerzos. El hombre intenta esquivar la pobreza, alejarse de ella como se aleja de una enfermedad contagiosa ,porque ademas de ser contagiosa es una enfermedad incurable en la mayoría de los casos. Observese que cuando se esta dentro de una comunidad con esta patología lo mas relevante es el estado general de sus gentes, su abatimiento, su incertidumbre, su incapacidad física , mental y anímica para encontrar una salida que por lo demás no existe... La trampa esta permanentemente cerrada no hay salvación ni escapatoria. La tenaza se cierra sin dejar salir a nadie: Es una tela de araña donde las redes de dependencia lo sofocan todo hasta conseguir la sumisión y, al final del proceso, la esclavitud silenciosa: El sagrado derecho de morir de inanición sin poder protestar. El hambre se ha convertido en un instrumento de sometimiento, represión y tortura. Quienes dirigen las organizaciones saben que el hambre somete y mata especialmente a los niños... Y que la violencia y la criminalidad crecen en su entorno convirtiendo la convivencia en un infierno desviando el interés de las gentes hacia su propia supervivencia.

La guerra despues de los dos ultimos conflictos parece exorsizada. Los organimos internacionales han sido creados para garantizarlo y los prohombres del piso X sirven de avalistas del proceso. Sus frecuentes reuniones de alto nivel para confirmar la buena voluntad de la causa así lo confirma. La guerra, desde esta perspectiva, se sucede entre dos fuerzas irreconciliables, entre dos enemigos con la misma ambicioin y con pocos principios. Éste no es el caso. El espejo no refleja toda la realidad, atras, mas allá de azogue, se esconde la esencia, elñ estado mental y emocional que la hace posible: La codicia de unos pocos solamente retenida a intervalos cortos de tiempo mientras se prepara el proxomo zarpaso sobre una victima inerme, sobre la que se descargan a discreción bombas, disparos, muerte, destrucción, ruinas, heridos, refugiados y y el parte de victoria para encubrir el saqueo monumental de sus riquezas. La miseria adquiere con estos métodos carta permanente de naturaleza que tratan de esconder con nuevos y denodados esfuerzos llamando a la solidaridad mundial en defensa de las victimas. Los organismos internacionales se aplican con el mayor interés en la reconstrucción del pais destruido y los agresores son los primeros en ofrecer soluciones, créditos y ejércitos para garantizar las instituciones perdidas con el consiguiente hundimiento final de la economía fagocitada por la guerra. Se persigue y se humilla en nombre de la nueva ley a los supervivientes, se fusila a los infractores, se nombran gobernantes adictos a los invasores, se envilece o se sobornan a los medios de comunicación independientes para que propaguen las nuevas doctrinas y se somete a la población restante para que cumpla con los nuevos designios que le sean trazados. Los supervivientes viven aterrorizados por amenazas dispersas, solo presentidas, pero reales. Ya no se le tiene miedo a las bombas o a las balas perdidas, que también ocurre, sino al vecino, al que viene de frente por la misma calle a plena luz del dia, al mercenario, a los grupos paramilitares que deben mantener la zozobra. La rebelión, la exigencia legal de ser persona, es violentada con las armas. En este entorno, el hombre se resigna, pierde el deseo de lucha, acalla la protesta, reprime su desesperación y se limita a intentar sobrevivir con su familia rompiendo los lazos con el resto de la sociedad que padece como él los mismos síntomas. El progreso anhelado se convierte en un bien imposible porque amenaza no se sabe que intereses del piso X: La lucha inmoderada por el control de las reservas naturales no renovables es el eje sobre el que giran todas las estrategias del piso X aun a costa de la vida humana.

Florian,Jorge y familia viven dentro de esta realidad pero no lo saben: Su inocencia, su ingenuidad, su falta de conocimientos, su analfabetismo funcional, las campañas de los medios de comunicación para manipular la realidad los mantienen en la perfecta ignorancia de conformidad con las directrices del poder. Sus necesidades las cubren con trabajos a tiempo parcial, saltando de una empresa a otra, trabajando por odias o por semanas pero nunca a termino fijo, sin derechos sociales reconocidos, con una seguridad social deficiente, evitando caer, con esos escasos medios en brazos de la miseria, del dolor y la angustia: Cuando el trabajo en las fabricas escasea recurren al trabajo negro: venta de DVD, casetes, cigarrillos de contrabando y cuanto cachivache pueda exponerse en el rastro para regocijo de los necesitados y nuevas fuentes de ingresos para los ricos quienes se deshacen de sus prendas y objetos obsoletos vendiéndolos a los reducidores y estos a los vendedores del rastro. El circulo siempre esta cerrado y a buen recaudo de la autoridad competente. Si no bastan estas argucias recurren a los prestamistas, a los usureros: Bancos o montes píos donde por intereses leoninos, autorizados por la ley, es decir, por ellos mismos, los necesitados terminan dejando su existencia. ¿Amoral el procedimiento? ¿Falto de ética?. No. Para eso esta la ley. Es un acto limpio, puro en el mejor sentido de la palabra. sabían lo que se hacían. Son responsables de sus actos. Después de firmados los contratos la ruina es segura. Es el mismo destino de los pequeños comerciantes, corredores de bolsa y parvos inversores quienes han de sacrificarse, perderlo todo, para salvaguardar la solvencia del entramado financiero. En este ir y venir permanente recorriendo calles y caminos, dejándose la vida a jirones en un perenne estado de inseguridad y de violencia ejercida desde todos los puntos cardinales, no se ve la luz al final del túnel: El futuro, del que tanto esperan, tanto mas si hay niños que cuidar, se presenta como una vana esperanza. El hambre y las enfermedades dan rápida cuenta de los infantes y sus progenitores cegados por la sin razón de sus vidas, comienzan a albergar rencores allí donde antes descansaban las ilusiones...

Jorge y Florian trabajan, saben de tantos oficios como fabricas han visitado y no saben,en realidad, de ninguno ; en uno ponen un botón; en otro una tuerca o un tornillo; en el de mas allá mezclan cemento o ponen un ladrillo; limpian pollos;hacen hamburguesas; sirven copas y un sin fin mas de trabajos igualmente mal remunerados y bien vigilados por capataces sin escrúpulos. Los patronos ciertos del bien que le prestan a la humanidad y a las comunidades donde instalan sus factorías son cada vez mas exigentes, no les preocupan los trabajadores en tanto seres humanos sino como mercancía, compran la fuerza laboral independientemente de quien la vende: es la máxima abstracción, por ello, aquí no cabe la compasión: la maquina debe trabajar no es un objeto susceptible de sentimientos. La vida es un teatro de titiriteros donde la libertad depende de la cuerda que hale el titiritero, el sino es el cordel del cual pendemos y nuestra representación depende no tanto del guión que se nos ha asignado como del estado de animo de quien mueve los hilos, y estos son movidos de conformidad con los intereses de quienes se reunen en el piso X, de la torre de cristal y acero, en alfombrados salones rodeados de mobiliario de finas maderas que expelen suaves aromas:Las autoridades de pangea, reunidas en el piso X , civiles, militares y religiosas, vestidos de acuerdo a sus rangos y rodeados por una pléyade de sirvientes: asesores,técnicos, consejeros, ministros, ideólogos, y lagartos que entre reverencias y salemas van trazando en eruditas cogitaciónes el porvenir de la sociedad de naciones mientras van despachando, en el gran reparto, los despojos de los que serán los futuros despose idos y receptores de la caridad, la benevolencia y mejor buena voluntad de los invasores. En medio de ágape los señores de la paz y de la guerra aprueban juiciosamente las recomendaciones que con tanto esmero han presentado a su consideración el cuerpo de ticónicos, asesores, consejeros y ministros. Ahora el futuro solo depende de una orden. La prensa hablada y escrita y los medios de comunicación audiovisuales se harán eco de las importantes medidas y las magnificaran hasta hacerlas creíbles. Los ciudadanos son asaltados en su buena fe, su ingenuidad y su inocencia y se convertirán en multiplicadores de la buena nueva independiente mente del bien o el mal que pueda causarles: Han hablado los sabios, los que conocen los problemas, los lideres y hay que apoyar sus desiciónes, todo lo demás sera considerado como un atentado contra la patria común y los principios de una sana convivencia: El artificio ha dado el resultado esperado. Contando con la sumisión del pueblo, con su abulia, con su falta de análisis de los fenómenos que lo afectan, con el éxito del eslogan tantas veces repetido:"NO PIENSE NOSOTROS PENSAREMOS POR USTED", el monopolio de las riquezas esta garantizado y el sometimiento de otros pueblos a tiro de cañón, sin preguntas ni respuestas, solo un acto mas de la inteligencia, de la superioridad intelectual, de la obligación de propagar la nueva fe a los pueblos descarriados y alejados de la nueva religión impartida desde el piso X. No comprenden, cegados por la codicia y sus sórdidas decisiones que están larvando el odio y el resentimiento entre los destinatarios de sus desvaríos. El futuro sera diferente y las reacciones diversas. Las actitudes de los disidentes recibirán nuevos nombres y se colgaran en los códigos nuevas leyes y sanciones.

Jorge, su mujer, su hijo y su amigo Florian pasaran de conformidad con la nueva legislación y con las nuevas tendencias ideológicas de ciudadanos a anarquistas, de anarquistas a rebeldes, de rebeldes a subversivos , de subversivos a terroristas y de terroristas a ser la diana de la mira del fusil o del cañón del piso X. Jamas tendrán la razón, no han sabido hacer uso de la libertad ni de las oportunidades que se les han ofrecido. Estas serán las rezones que se esgrimirán, desde los medios de comunicación y el gobierno de turno, para justificar el atentado contra los derechos humanos. Nunca dirán que son los condenados de la tierra por expresa razón del piso X.











LOS DADOS


Lado, cuadrado, cubo, dado. Geometría plana y del espacio. Creación en síntesis. El ojo de Dios entre un triángulo equilátero mirando de lado. La túnica de cristo. Los dados dando giros y giros y .¡Urra! ¡Urra!, ¿Bájate de ahí si eres el Dios de los judíos!... Los dados con sus lados rodando,tras, tras, tras, tras contra el tapete verde y, ¡As! ¡ Es mía! ¡La túnica es mía!... La suerte es un regalo de los Dioses, ¡ bebamos por ella!

¿Desde cuando se vinculan los dados con los Dioses? ¿Donde aparecieron por primera vez los dados? Vamos por partes. Primero el origen. Dios creo el universo. Debió ser a imagen y semejanza de si mismo, redondo para que rodara eternamente, para que alcanzara para todos, para que fuera mas manejable, moldeable, acomodaticio, sin aristas, opaco, sin destellos, gris, antireflexivo y anárquico. No lo hizo cuadrado por que le pareció demasiado ordenado o, quizás, muy parecido a si mismo, formal, calculador, frió, reflexivo y cortante en las aristas. ¡Excesivos cálculos,-pensaría-, para tan poca cosa, además si lo hiciera cuadrado no podría jugar a los dados... Pero ahí esta, redondo, mostrando su mejor cara el planeta azul,para regocijo de su inventor, que lo ve desde la gran pantalla...

Los dados al parecer son oriundos de oriente e ingresaron en la cultura occidental presumiblemente por Grecia, eso dicen los historiadores, lo cierto es que en todas las culturas se han encontrado vestigios de su uso: En el sitio de Troya Dioses y hombres jugaron con ellos; los romanos los usaron en y sus oráculos, en la adivinación, en lo bueno y en lo malo. Su vinculo con los Dioses los hacen de mejor linaje.

Muchas frases dicen relación a los dados y nos descubren parte de su significado: "La suerte esta echada ", Julio Cesar. "Un lanzamiento de dados nunca abolirá el azar",Stephane Mallarme. "Estoy convencido de que Dios no juega a los dados", Albert Einsten. "Dios no solamente juega a los dados sino que aveces los lanza donde no podemos verlos" Stephen Hawking. "Si Dios jugara a los lados Ganaria" Ian Stewart. "el dado del juicio...el mismo que ustedes, caballeros, usan en éste su tribunal", Francois Rabelais. Y muchas otras que no citaremos para no hacernos prolijos del azar... de los dados.

Al parecer no hay acuerdo, los dados, esos pequeños cubos numerados por los lados siguen rodando. Robusta redondez de su significado, abur, abur,azar, azar... Pares o nones y siempre lo mismo. Dios no juega a los dados porque si jugara ganaría, y, si no ganara, los lanzaría allí donde no pudiéramos verlos. La trampa esta en el origen. Es un galimatías, la razón de la sin razón: ¡El origen de la ciencia!. Que conste que no es de mi cosecha tal afirmación y que, para validarla, he citado a las mejores mentes de nuestro tiempo. Ahora bien, ¿Qué decimos los hombres? ¡Nada!. Si nos sometemos al azar, si es el dado del juicio el que se usa en el tribunal, si los fenómenos de causa y efecto son puro azar, si puro azar es la vida y azar es la creación, ¡que rueden y rueden los dados! ¡Que sea lo que los dados quieran!

Sea como fuere, con dados y sin ellos, aun nos queda la esperanza de ganarle una partida a la vida, de jugar la suerte del burro y arrancarle un destello de luz a nuestro pobre cacumen a pesar del acierto del poeta:


Relato de Sergio Stepansky de Leon de Greiff

"Juego mi vida, cambio mi vida.
De todos modos
la llevo perdida...

Y la juego o la cambio por el mas infantil espejismo,
lo dono en usufructo, o la regalo...

La juego contra uno o contra todos,
la juego contra el cero o contra el infinito,
la juego en una alcoba, en el ágora, en un garito,
en una encrucijada, en una barricada, en un motín;
la juego definitivamente , desde el principio hasta el fin,
-en la periferia, en el medio,
y en el sub-fondo...-

Juego mi vida, cambio mi vida,
la llevo perdida
sin remedio.

Y la juego, o la cambio por el mas infantil espejismo,
la dono en usufructo, o la regalo...:
o la trueco por una sonrisa y cuatro besos:
todo, todo me da lo mismo:
lo eximio, y lo ruin, lo trivial, lo perfecto, lo malo...

Todo, todo me da lo mismo:
Todo me cabe en el diminuto, hórrido abismo
donde se anudan serpentinos mis sesos.

Cambio mi vida por lamparas viejas
o por los dados con los que se jugo la túnica inconsutil:
por lo mas anodino, por lo mas obvio, por lo mas sutil:
por los colgajos que se guinda en las orejas
la simiesca mulata,
la terracota nubia,
la pálida morena, la amarilla oriental, o la hiperbórea rubia:
Cambio mi vida por un anillo de hojalata
o por la espada de Sigmundo,
o por el mundo
que tenia en los dedos Carlo Magno: para echar a rodar la bola...

Cambio mi vida por la cándida aureola
del idiota y el santo;
la cambio por el collar
que le pintaron al gordo Capeto;
o por la ducha rígida que le llovió en la nuca
a Carlos de Inglaterra;
la cambio por un romance, la cambio por un soneto;
por once gatos de Angora,
por una copla, por una saeta,
por un cantar;
por una baraja incompleta;
por una faca, por una pipa, por una sambuca...

o por esa muñeca que llora
como cualquier poeta.

Cambio mi vida ,-al fiado-, por una fabrica de crepúsculos
con arreboles;
por un gorila de Borneo;
por dos panteras de Sumatra;
por las perlas que se bebió la cetrina Cleopatra
o por su naricilla que esta en cualquier museo;
cambio mi vida por lamparas viejas,
o por la escala de Jacob, o por su plato de lentejas...

¡ o por dos huequecillos minúsculos
-en las cienes- por donde se me fugue, en griseas podres,
toda la hartura, todo el fastidio, todo el horror que almaceno en mis odres...!

Juego mi vida, cambio mi vida.
De todos modos
la llevo perdida...











lunes, 13 de agosto de 2007

El OJO DE DIOS


No sabemos si el Domingo fue el primer día de la creación o si fue el último. Sea como fuere, el Domingo se convierte en un día de bostezos , de abulia irreprimible, de un esplín sin fronteras, de nada que hacer, no tanto porque no haya nada que hacer sino porque no dejan hacer: La televisión, la entrada y salida de gentes de la casa, el ladrido de perro, cuando no, el aullido porque le jalan de la cola, la carcajada de cualquiera sin ningún propósito, la visita de un amigo desaprensivo,el teléfono que no para de sonar, el grito descompuesto del vecino y un largo etcétera que mas vale la pena no registrar.

Domingo, si fue el primer día de la creación, el día de "hágase la luz y la luz fue hecha", fue tal su impacto que nos cegó, nos cegó hasta de la luz de la razón a tal punto que, hoy seguimos dando palos de ciego a diestra y siniestra. Palos de ciego contra todo y contra todos sin ningún concierto. Por el contrario, si fue el último día de la creación entonces fue el día del gran bostezo: Me imagino a Dios, reclinado en una nube, muelle, resplandeciente,totalmente complacido por su creación, por su ingenio, tomando una taza de café de Colombia y fumando un buen tabaco habano, mirando por la pantalla gigante del cielo el magnifico espectáculo del planeta azul : Hay muchos fuegos artificiales en diferentes puntos del planeta, serán fuegos fatuos, pero no toma nota, es el dia de descanso, es el día del señor...

Los hombres,esos hombres que creo a " su imagen y semejanza",- de ellos mismos claro esta-, pasan de la zancadilla a la dentellada, de la dentellada a la puñalada, de la puñalada a la bomba, y de la bomba indiscriminada a la desaparición seleccionada de todos sus congéneres que no se le parecen por los cambios biológicos de adaptación territorial o por anodinas diferencias ideológicas. Dios en su infinita sabiduría nos hizo semejantes en el " libre albedrío", es decir, en la anarquía, no en el espíritu de concordia, ni en la caridad, ni en la voluntad de entendimiento, ni en el deseo de acertar en el ánimo de convivencia. Lo imagino en su descanso dominguero, mesándose los cabellos y soltando una sonora carcajada frente a la gran pantalla, la visión que tiene ante si, del planeta azul, no da para otra cosa. Ademas no hay nada tan reconfortante, que alivie mas el espíritu, que reírse de sus propios fracasos. De nuestros pequeños errores hacemos una tragedia, de nuestros grandes fracasos una sonora carcajada. Pero es domingo, el día de descanso, el día del Señor. Mañana sera otro día y se tomaran los correctivos a que haya lugar...

Si miramos bien las cosas Dios no nos hizo iguales sino diferentes, diferentes hasta en la diferencia, diferentes a él inclusive. Pero si lo hacemos notar los avispados nos hablan de "libre albedrío", es decir, de la anarquía, seguramente porque la creación también fue anarquica:Eva salio de una costilla de Adán y Adán del barro, he ahí la diferencia, lo que no se nos dice es de donde saco todo lo de mas, o, como mínimo, se nos hurta, al fin y a la postre tampoco a nosotros nos importa. Ahora bien, si queremos ser racionales, los científicos en un acto de responsabilidad suprema, como si se le pudiera pedir responsabilidad al "libre albedrío", nos hablan del BIG-BAN, de la tremenda explosión de la que todavía se escuchan sus ecos en la radiación de fondo de microondas, en Medio Oriente, en varios países Africanos, en Colombia, en Afganistán, en Irak y, en fin, allí donde el "libre albedrío" se utiliza con cualquier motivo. Pero dejemos de preocuparnos que hoy es domingo, el dia del Señor...

CURIOSIDAD


La vida es una curiosidad constante tanto más si se es niño.Perdemos la inocencia con la juventud y de adultos perdemos la memoria. Cinco años, cara y ojos de plato. Preguntas y más preguntas e insatisfacción constante. Prontas respuestas de fallido razonamiento. Y por qué y por qué y por qué....

Le gustaba el sonido de la radio, las voces saliendo de la pequeña caja...

-¿Donde están los hombres papá? ¿Donde? ¡En esa caja no caben es muy pequeñita! ¡Déjame verlos!

-Si. Si, ahí están. Son muy pequeñitos pero están ahí.

Se iba al trabajo y el niño, en tanto, le daba vueltas a la caja. Adentro tubos y cables. Giraba un botón y adentro se encendían múltiples lucesitas.

Regresaba del trabajo y el niño insistía.

-¿Papá donde están? ¿ Donde están los hombrecillos?

Una tarde cansado de darle vueltas a la caja, decidió buscar a los hombrecitos hasta encontrarlos. Desmonto tubo por tubo, pieza a pieza. Nada. No encontraba nada. Martillo en mano lo deshizo todo. No estaban. Todo rodaba por el piso ante su desconcierto. Aun se preguntaba, ¿Donde estaban?...

Su padre regreso al atardecer. La radio por el suelo hecha pedazos. La cara se le puso blanca de la ira y luego de un rojo intenso. Miro fijamente al niño sin proferir palabra. Miraba la radio y luego al niño. Silencio. Se encamino al sofá, se arrellano en él, se meso los cabellos, miro la radio, miro al niño, se sonrió y resignado pidió una taza de café.







El CUERVO


Desde aquella mañana olvido muchas cosas.Recuerdo que era un sábado y que el día había amanecido frío y oscuro. El capitán, la tarde anterior, nos había extendido los permisor para ir a visitar a la familia, antes de salir a ocupar el nuevo destino, en el campo de entrenamiento de infantería localizad cerca de la frontera. Tenía la convicción, como hombre de armas, de tener un espíritu bien templado, eso decían en el cuartel, gracias al arrojo que siempre había demostrado en las acciones bélicas en las que había participado contra los alzados en armas. Siempre pensé que era, en parte, generosidad de los compañeros y los mandos. Hoy lo sé con certeza, después de mi reacción ante el extraño acontecimiento que me ocasionaría la perdida de libertad, por mi falta de frialdad ante el suceso. El día había amanecido borrascoso. El cuartel situado en la parte mas elevada del páramo estaba levantado sobre un amplio mirador: El valle se abría amplio y extenso a nuestros pies y era visible solamente los pocos días del año en que amanecía despejado y el sol lucía en el cenit. La oscuridad, la calima, el frío y el agua que no paraba de caer, lenta y monótona, empapándolo todo, eran parte del ambiente cotidiano. Los bosques húmedos, los árboles vestidos de líquenes y musgos , el deambular de la diversa fauna por los alrededores del cuartel y el trinar de los pájaros, nos distraía el animo en las tardes de invierno: alces, osos y lobos merodeaban cerca de las alambradas buscando desperdicios.

Durante días enteros reinaba una niebla blanca y espesa que no permitía ver a mas de dos metros de distancia. También es cierto que los desplazamientos dentro del cuartel eran cortos y seguros: El comedor, la enfermería, los lavabos y los dormitorios estaban separados por amplios corredores de fácil acceso mientras que la cabeza de mando se encontraba situada contra un empinado e inaccesible muro de granito que coronaba la montaña. Las garitas se distribuían cada sesenta metros, sobre un basto perímetro, en un terreno quebrado y tortuoso, a las que se accedía, las primeras veces, por puro instinto de orientación, desarrollado por necesidad, bien guardado en la memoria, como lo hacen los animales que viven en el bosque. Tampoco necesitábamos de termómetros para acertar con la temperatura exterior, bastaba con mirar cuidadosamente las plantas de alfalfa, si sus hojas reflejaban la luz, las temperaturas estaban bajo cero; si se observaba el rocío sobre sus hojas la temperatura se encontraba por encima de los cinco grados atigrados.

No era la primera vez que abandonaba el regimiento para visitar a los míos. He de aclarar que llevaba tres años prestando el servicio en la misma guarnición. Debe quedar claro, que los senderos que recorría los conocía bien, guardaba en la memoria cada vuelta y recoveco del camino, cada árbol, cerca o acequia que lo atravesara, donde estaba habitado o donde el bosque era mas espeso, mas denso y por lo mismo menos seguro. Estaba acostumbrado a él. Lo seguía como quien va al trabajo, tranquilo, seguro, a salvo de cualquier sorpresa. No importaba la estación del año en que lo recorriera. En primavera era mas dulce, mas vivo, mas lleno de colorido, del piar de los rajaros y de los ruidos producidos por los diversos animales que lo recorrían; los árboles se vestían con nuevas galas ,musgos líquenes y flores y el aire de suaves olores; las fuentes bajaban henchidas y cantarínas. El verano era seco , caluroso y en el camino se agradecían los remansos en las quebradas para refrescar el cuerpo en sus mansas aguas. En Otoño, gracias a las lluvias y antes de que empezaran las nevadas, recorría el sendero dejando sobre el barro fresco mis pisadas, para seguir, pasadas las brumas del invierno, mis recuerdos. Durante el invierno,nada,allí no se podía ni pensar, el frío, la nieve, y la calima lo congelaban todo y, el último, había sido especialmente duro, las dificultades se habían multiplicado y se había hecho intolerable la convivencia. Todos esperábamos a que terminara el invierno para regresar a la normalidad y alejar, con ella, el espanto de la monotonía, la rutina y la incertidumbre. La noche iba a ser larga, como siempre ocurrida, cuando nos anunciaban que tendríamos algunos días de descanso. Todos nos poníamos nerviosos, como niños, y cualquier ruido proveniente del exterior nos sobresaltaba. Pensábamos en las novias y en los besos que nos debíamos; en las juergas que nos esperaban al lado de nuestros amigos. Acudían a nuestra mente los recuerdos de otros días y, esta vez, en lo que nos depararía nuestro nuevo destino, en la nueva guarnición, cerca de la frontera. La casa, como de costumbre, nos abriría sus puertas con el calor y los olores de siempre,y, al rededor del hogar, los niños y los cuentos del abuelo:Las hadas, las brujas,las ninfas y los maravillosos personajes de nuestra fantasía.

Aquella mañana me levante temprano, el frío era intenso, atenuado por mi alegría, por la voluntad de salir y emprender el camino, por el ansia de ver a mis padres, a mi novia y a los amigos. Todo en mi era una barahúnda de emociones incontroladas. Desayune con prisa y salí del acantonamiento con paso marcial. En la puerta, saludé en posición de firmes la bandera, me despedí de los compañeros y del Capitán al grito de ¡ Buen viaje!.
-¡Buen viaje! -respondieron-
-¡En la frontera nos vemos, no lo olvides!
-¡Hasta pronto, hasta pronto, Capitán!

Emprendí el camino a buen paso, sin esforzarme, conociendo la larga jornada que tenia por delante y confiando en que haría buen tiempo. Entre el petate llevaba lo indispensable, el menaje propio del soldado compuesto por unas mudas de ropa, rancho para dos días, un puñado de municiones y sobre el hombro derecho el fusil: La novia, según el comandante, la cual debía estar siempre reluciente, bien puesta y lista para prestar el servicio. El camino de la montaña al valle era agreste y empinado y en ésta estación, duro, frío y resbaloso. La nieve no terminaba de fundirse, el empedrado del camino estaba liso, por lo que con frecuencia me deslizaba golpeándome al caer.. En algunos sitios podían verse , sin esfuerzo, las huellas de diversos animales que invitaban a estar alerta. Los árboles del entorno, la gran mayoría de hoja caduca, estaban aun desnudos, esqueletos donde se peinaba el viento, silbando con monotonía y a veces se enredaba en las delgadas ramas quebrandolas con estruendo poniendo en alerta todos mis sentidos. La acequia no rielaba, su superficie estaba congelada y un extraño rumor se producía en su vientre. Era el ruido de algo que se mueve con fragor, raudo, precipitándose contra las rocas del lecho, sin dejar huella de su presencia, salvo cuando entraba en los remansos, apaciguándose, meciendo las algas. Hacia el medio día hice un alto en el camino para descansar un poco y reponer las fuerzas. Tome algún alimento y cerré los ojos un rato. Pensaba en la soledad del camino. En toda la mañana no me había cruzado con nadie ni había visto ningún animal, solo el canto de algún gorrión preparando preparando su casa de primavera o el canto de algún búho sorprendido al amanecer y, en lo mas profundo del bosque, el canto del urogallo o el berrear de algún ciervo. Estaba cansado y el paisaje no terminaba de gustarme. Los árboles desnudos, de contorsionadas ramas, parecían gesticular, como si quisieran abrazar al viajero, tomarlo entre sus brazos para quedarse con él. Recordé, entonces, los cuentos de fantasmas, de ninfas, de bruja, de hadas , gnomos y personajes maravillosos con que el abuelo lleno nuestras tardes de hastío en fantásticas veladas. Me estremecí pensando en aquellos personajes de ficción y en la noche que se aproximaba. Recogí los bártulos y apreté el paso. El camino se hacia cada vez mas pendiente y escabroso en la medida en que se aproximaba al valle. Era como si fuera indispensable saltar al vacío para alcanzar las tierras bajas y, con ellas, la tranquilidad de espíritu. Se adhirió a mi mente, a mi cuerpo, a todo mi ser un extraño presentimiento. Tenia miedo. Era un soldado acobardado sin saber a qué...

El sol rumbo al ocaso. La tarde color malva y la neblina que comenzaba a cubrirlo todo hacían el camino mas difícil. Se difuminaban los contornos de las cosas y el esfuerzo visual era cada vez mayor. Avanzaba con dificultad por los difíciles recodos del camino. Me esforzaba adivinando lo que tenia al frente: Todas las formas se confundían y los ruidos, no se por que eran mas perceptibles, lo que me obligaba a agudizar el oído.No quería ser sorprendido por un animal o por un salteador de caminos. Seguía adelante con determinación puestos los cinco sentidos en cada paso. La luz del sol escapaba por el horizonte y estaba quedando a merced de las tinieblas. Escuche un fuerte batir de alas sobre las copas de los árboles y luego un ruido fuerte de algo que cae... luego silencio..., un profundo silencio. Me detuve un instante, afine el oído y la vista pero no escuchaba ni veía nada fuera de las sombras borrosas del entorno. Me coloque el petate a las espaldas y agarre , con fuerza, el fusil con las dos manos, en posición de combate, avance con sigilo, en cuclillas, con el alma en vilo y el corazón golpeándome en el pecho como un martillo y con la esperanza de que no fuera nada...

Agudice mas la vista y, al fondo del camino, sobre la gruesa rama de un viejo chopo, un pajaro inmenso, negro y misterioso, me miraba fijamente. Quede paralizado por unos instantes sin apartar la vista de aquella vision. Recupere el aliento, puse la rodilla izquierda en tierra y me heche el fusil al hombro, sin pestañear, a la espera del siguiente movimiento. El pajaro no me quitaba sus brillantes ojos de encima. Me miraba como si estuviera midiendo su presa, su pico afilado y corvo brillaba bajo las últimas luces de la tarde mientras permanecia quieto y agazapado en su rama... Depronto, abrio sus inmensas alas, estiro el cuello, abrio el pico y se lanzo sobre mi en medio de un horroroso graznido. Un fogonaso ilumino el entorno y retumbo por el bosque y por entre las cañadas un seco estampido. No vi caer el animal... No pare de correr hasta llegar al valle... Los recuerdos aun me estremecen...

- Soldado X , salio Usted de franquicia el sábado de los luctuosos hechos?
-Si, si Señor, así fue.
-Se encontró Usted, por el camino, con alguna persona?
-No. No señor.
-¿Vio o hubo algún suceso extraño que llamara su atención?
-Si. Si, Señor, al atardecer, cuando el sol se ponía en el horizonte y la neblina subia del valle para instalarse en las cumbres, escuche en el bosque, sobre las copas de los árboles un ruidoso batir de alas que me sorprendió. Luego, sobre un viejo chopo vi un pájaro inmenso, negro de corvo pico que me miraba fijamente. Yo me asuste. Me eche el fusil al hombro y le dispare cuando emprendió el vuelo para atacarme. No vi si cayo o no porque me lance a correr, sin tomar aliento, hasta que alcance el valle...

-Soldado, el pajaro de que Usted habla era la vieja Achieta, mujer de ochenta años, mal llamada por sus vecinos la bruja. ¡Queda Usted detenido por homicidio!